Baño Secreto

La luna brillo opaca sobre la superficie del lago, quien trataba de imitar su misticismo con el reflejo de sus aguas. Era una noche apacible y silenciosa, solo interrumpida por los susurros de los animales y las hojitas que Eliseo rompía a su paso, quien hacia el menor ruido posible para no romper el mágico momento. Al llegar a la orilla del lago fue quitándose lentamente toda prenda que cubriera su nacarada piel, y se sumergió en las aguas cristalinas. Estaba algo fría, pero la prefería así.

Había estado meditado últimamente sus motivos para ir a la isla, aunque aun sus propios gustos le eran confusos. Debía admitir que algunos hombres que había visto pasar le habían parecido atractivos, pero al no tener mas que su primer beso como punto de comparación le era difícil identificar si era un gusto por lo bello, o un gusto por lo masculino en sentido estricto ¿Qué podía saber él? Había sido criado por una familia sumamente conservadora, no tenia idea sobre el amor carnal y/o otras fuentes de amor...

Se mojo el cabello y lo sacudió con suavidad, tratando de despejar su cabeza tanto como sus cabellos de su rostro...

Aquella noche en especial la luna, el viento suave que de vez en cuando levantaba otra hojilla llevándosela lejos le invitaban a caminar sin un rumbo fijo, sino por el simple hecho de perderse entre sus pensamientos y el olor de la tierra húmeda.

-Una noche exótica- pronuncio aquellas palabras en un débil susurró, mientras que caminaba hacia el lago con las manos en los bolsillos.

Vestido con una camisa sin mangas blanca desabotonada los dos primeros botones desabrochados dejando ver sus bien formados músculos pectorales, unos pantalones tipo sports grises y una cadenita atada al cuello.

Enarco una ceja al escuchar un constante chapoteo, demasiado constante como para que fuera un animal salvaje o una rama que se hubiera roto y caído al lago.

Dominado por la curiosidad innata de todo hombre termino por acercarse con andar felino, cuidando de no hacer el menor ruido, cual vendría siendo su sorpresa al encontrarse con un hermoso chico que se bañaba, como aquellos dioses que descendía a la tierra tentando a los simples mortales.

Pese a que la tentación de ser un mirón y la escena en si vislumbraba tentadora no era de esa clase de hombres. De todas formas ya esta metido en el problema así que la única salida…

-Buenas noches- salio a dar la cara, cuidándose de no mirar de más, al menos no de forma notoria- No creo que sea seguro tomar un baño al aire libre, alguien puede intentar aprovecharse.

Dejo que el agua bañara su piel con lentitud pasmosa, frotándose de vez en cuando para quitarse cualquier sensación de suciedad. Estaba inmerso en sus pensamientos, tanto como en el agua que le rodeaba, por lo que cuando la voz de otro ser humano interrumpió el ambiente no evito el incorporarse atemorizado. Quedo con el agua a la cintura, observando al hombre aparecer entre las hojas.

-Ahh...-no supo ni que decir al principio, por lo que se limito a sonrojarse terriblemente mientras le miraba. Cuando recupero un poco el aplomo agrego aun con voz vacilante.

-P-Pues... No había pensado en algo así...-murmuro avergonzado. Lo cierto era que no tenía gran experiencia en nada, por lo que no imaginaba un peligro en bañarse a la luz de la luna. No creía que los homosexuales promedio pudieran hacerle algo así... ¿No? Supuestamente eran iguales a los heterosexuales conforme a relaciones, pero no así en preferencias... ¿No?

Eso creía, lo cierto es que solo había conocido a un Bisexual en toda su vida. Volvió a meterse al agua, sintiendo repentina timidez de ser mirado por otro hombre. Nunca le había pasado algo así, debido a que nunca había estado consiente de la diferencia de las miradas que le pudieran dirigir...

Sonrió encantado con la timidez e ingenuidad de aquel muchacho, en cuanto comenzó a hablar se volvió completamente para verlo admirando aun mas la delicia de su cuerpo y la fragilidad de las curvas sinuosas.

-No te preocupes no soy ningún pervertido- aclaro con voz seductora y hasta coqueta, claro que no se metía en ninguna cama sin ser invitado, mucho menos forzaría a lo mismo.

Se dio la vuelta dándole la espalda consiente de la incomodidad que se reflejaba en aquellos ojos, un suspiro prolongado se escapo de sus labios.

-Te recomiendo que no sigas con eso, pero si así lo deseas- su tono de voz se tiño de seguridad y certeza- como un caballero no puedo dejarte solo… me quedaría a cuidarte.

El viento suave le revolvió el cabello acariciando su rostro, alzo la vista encontrándose con la pálida luna que ahora se reflejaba en sus pupilas, había tenido razón en una cosa… era una noche exótica.

-Por cierto mi nombre es Shelkian- siguió dándole la espalda, acomodándose un molesto mechoncito que le molestaba la vista- Encantado de conocerte- y para si mismo agrego, en una situación tan erótica.

La verdad es que se sentía incomodo por la situación, pero que el recién llegado se pusiera de espaldas le provoco aun mas inseguridad, ya que era obvio que el otro se había dado cuenta de su temblor. Se movió suavecito, provocando una pequeña vibración en las tranquilas aguas a su alrededor. Era tímido por naturaleza, así que la situación no terminaba de cerrarle.

Por otra parte, la oferta amable del mayor era algo que debía considerarse. ¿Seria correcto aceptar algo así? No lo conocía, por lo que tenia cierto recelo hacia con el recién llegado, aunque su intención era amable. Era cierto que ninguna prueba tenia de su maldad como así de su bondad

¿Qué haría...?

Se acerco a la orilla lentamente, pero sin salir del agua y asegurándose de que lo cubriera íntegramente.

-Esta bien... Si desea quedarse...-al final decidió darse una oportunidad de conocerlo ¿Qué podía el negarle a alguien que solo había venido con un gesto amable? Por muy surrealista que fuera la escena...- Soy Eliseo, también es un placer conocerle...-dirigió una tímida sonrisa, en un intento de comportarse con más naturalidad.

No por nada había pasado 5 largos años en la escuela como para no darse cuenta de los cambios, del tono y la modulación de la voz. Aun no estaba muy a gusto con lo que estaba pasando eso le quedaba claro, debía mostrarse cuidadoso para no ofenderle.

-Es un placer conocerte Eliseo- respondió con la misma sonrisa en el rostro ladeando un poco este para lentamente girar sobre sus talones y medio encararlo, siempre mirándole directamente al rostro, una lucecilla centellante paso por sus ojos dando un toque arabesco a los mismos.

Tomo las ropas del chico doblándolas perfectamente y dejándolas a su alcance para después retroceder y sentarse en la fresca hierva, sonrió pensando como un chiquillo al imaginar la horrenda manchota verde que tendrían sus pantalones al día siguiente.

-Dime Eliseo ¿Por qué has venido solo?- y volvía a la rutina, más no lo hacia por hacer el mal simplemente por aquello era inherente a su persona- Viniste a pie, si gustas te puedo llevar.

Por parte de Shelkian la cosa comenzaba a verse cada vez más extraña y hasta caótica… más bien erotica.

Estaba por contestar, hasta que la extraña luz que ilumino los ojos de Shelkian le dejo algo atontado. Sacudió rápidamente la cabeza para despejarse de esa extraña sensación.

Un suave sonrojo lleno su rostro, antes de acercarse lentamente a la orilla. Vacilo al ver que sus caderas pronto serian visibles si daba un solo paso más hacia su ropa. Dirigió una mirada tímida hacia su interlocutor, antes de tragar salida y adelantarse. Su cuerpo se hizo lentamente visible por entre las aguas, que por la lentitud de sus pasos parecían querer retenerlo.

Se acerco a su ropa, inclinándose para empezar a cambiarse. Sentía muchísima timidez, pero se daba fuerzas con el pensamiento de que no tenia nada de malo... Ambos eran hombres ¿No? Así que su piel lechosa y suave se ilumino con sus sinuosas e insinuantes formas, dándose un baño de luna.

-V-Vine solo por que me pareció lo mejor...-además, no tenia amigos en aquella isla. Había llegado hacia poco-S-Si no le molesta, no me negare...

Se puso en pie, aquel niño no era conciente de lo que estaba provocando pese a su resistencia tenia muchas ganas de acercarse y con cada actitud lo único que hacia era tentarle.

Tomo una de las prendas de Eliseo sujetándola tranquilamente a la altura del rostro del joven.

-No debes ser tan ingenuo precioso- sonrió antes de acariciarle la mejilla al otro, recorriendo tranquilamente el rostro de este en una caricia provocativa- Eres hermoso y mucho debes cuidarte de ello.

Agacho el cuerpo dejando que su aliento chocara contra el cuello del otro como si se tratara de una tierna caricia, volvió su vista al rostro de este clavando su mirada en la de Eliseo con cuidado le sujeto de ambos brazos.

-Te voy a dar un consejo no vuelvas a ser tan ingenuo o te pasara algo realmente malo- cualquiera pensaría que lo estaba provocando con esa mezcla de inocencia y sensualidad- Te quedo un poco sucio el cabello, deja que te ayude.

El psicólogo tampoco era de piedra y de vez en cuando se dejaba llevar por aquellas emociones carnales que inundan a cualquiera.

-Bañemos juntos, luego te llevare a donde quieras- la mirada que le dirigía era entre paternalista y seductora, mientras hablaba no soltaba aquellos delgados brazos- No voy hacerte nada malo, confía en mi.

La decisión que tomara la respetaría por muy fuerte que fueran las sensaciones jamás forzaría a alguien a estar con él o hacer algo en contra de su voluntad.

Se sorprendió al verlo acercarse y trato de tomar la remera que el mayor le tendía, pero el toque en su rostro le dejo helado. Le vio con una mezcla de inseguridad y sorpresa, sin siquiera saber que responderle. No evito el temblar cuando el aliento ajeno se pego a su cuello, mientras el suyo se disparaba por el nerviosismo y el miedo.

Sus bracitos fueron atrapados por las manos grandes del mayor, a lo que se noto lo delicado de su cuerpo. Casi parecía posible el romperlo si se apretaba de mas aquel cuerpo blanquecino y bonito. No emitió palabra por un largo rato, ni trato de empujarle o alejarse. Su mente estaba en una disyuntiva terrible.

Su rostro bajo, signo claro de su vergüenza mientras espiaba su rostro por entre su oscuro cabello ¿Qué era lo correcto? Este hombre le ofrecía un baño juntos, cosa que no parecía algo malo en principio, pero sabía muy bien que al estar en la isla era obvio que tenía cierto gusto por los hombres... Se estaba arriesgando a algo a lo que siempre tuvo temor, el contacto con otras personas..

Dudo un poco mas, hasta que entrecerró sus ojazos verdosos-E-E-Esta bien...-murmuro, librándose de su agarre para volver a la seguridad de las aguas en un intento por estar mas tranquilo. Sus hermosas nalgas le dieron una buena panorámica al mayor...

Aun estaba nervioso, pero había ido a la isla buscando respuestas, no para esconderse. Le miro, esperandole cual la sirena que llama al marino a la locura.

Sonrió de lado gustoso por que el menor aceptara, aun que para ser sincero se encontraba algo descolocado por cada una de las actitudes y cambios aparentes que sucedían en Eliseo, aquello lo desesperaba, no estaba acostumbrado a no entender por su profesión, pero al mismo tiempo le incitaba a ver hasta donde podría llegar con aquel muchacho de ojos verdosos y provocativos.

Tranquilamente se fue desvistiendo dejando sus ropas perfectamente acomodadas a un lado de un árbol, meticuloso y ordenado como siempre, esta vez era su turno de seducir e invitar, si pudor ni hesitaciones se encamino hacia el lago mostrando su porte digno, orgulloso y varonil.

En aquel recorrido sus ojos no se cruzaron, Shelkian mantenía la mirada fija en un punto distante tanto en tiempo como en espacio. El agua fría le hiso volver de aquel trance y volvió a sonreír con esa coquetería que le caracterizaba tanto, pequeñas onditas se formaban a su alrededor a cada paso que daba, unos cuantos más y alcanzo a Eliseo.

-Tranquilo- susurro al tiempo que con la diestra formaba un pequeño cuenco y tomaba un poco de agua dejándola caer sobre los sedosos cabellos del más chico.

Por la altura el agua no le cabria mucho que digamos, dejando ver una buena parte de sus pectorales. Se alejo unos dos pasos sumergiéndose momentáneamente al salir sacudió su rubia cabellera sin abrir los ojos, unas gotitas traviesas se colgaban de sus pestañas, prensadas de estas como si su permanecía fuera eterna.

Tendiéndole la mano le invito a acompañarle, esta vez sus ojos se encontraron justo sobre los verdes de Eliseo.

Eliseo se refugio en el agua, recostando sus brazos contra la ropa redondeada en un intento por quitar su timidez. Había sido criado como un perfecto católico, creyente absoluto de la moralidad en todas sus formas ¿Y ahora? Ahora sus ojazos verdosos estaban enfocados en la figura del hombre mientras se desnudaba, encandilado cual los conejitos con los faroles. Empezaba a sentirse extraño, cosa que su conciencia le recriminaba a cada instante.

Por primera vez en toda su vida, deseo ser menos tímido o torpe... Una parte de él que aun no conocía quería ser llamativa, bonita y... ¿Sensual? Fuera como fuera, quería llamarle la atención de alguna manera, pero no tenia idea de cómo. Ni siquiera había tenido una novia…

Cerro sus ojos cuando el mayor vertió agua sobre el, mojándolo y dejando unas hipnóticas gotas como perlas recorrer sus oscuros cabellos. Se sentía tan tonto, pero le era difícil quitarle la vista de encima. Era la primera vez que veía a otro hombre desnudo.

Estiro la mano, aun con sus dudas de por medio, aunque le sonrió con suavidad y un suave sonrojo se instalo en sus mejillas. Sus dedos eran finos y parecían de marfil por lo blanco de su piel. Se acerco unos pasitos, tratando institivamente de ocultar sus formas en el agua. Sentia verguenza de su cuerpo.

Aquella escena pasaba a ser hermosa y seductora desde que le tendió la mano una petición implícita venia dentro de tal ofrecimiento, sintiéndose por fin aceptado comenzaba a desplegar la sensualidad que siempre había poseído.

Si dejar de ver aquella frágil figura le atrajo lentamente dejándole frente a él, con mucho cuidado y delicadeza le alzo el rostro, acariciando con la punta del anular los carnosos labios de Eliseo, sus ojos no se movía, permanecían interceptados con los verdosos del otro.

-No tienes por que temer ni tener pena, ya te lo he dicho no haré nada que pueda lastimarte o que tu no quieras- Una pequeña gota que se sujetaba con fuerza tambaleo hasta caer sobre sus pestañas, parpadeo varias veces logrando que la indiscreta bajara por sus mejillas como si fuese una lagrima.

Agacho el cuerpo sin soltar el mentón de parcelan y muy despacio con la música salvaje, de pájaros, grillos y cigarras, la luna como testigo y aliado por fin consumo un beso tranquilo y mimoso acariciando apenas los labios tentadores y rojizos como una fresa madura, con la punta de la lengua delineo la forma de la misma para terminar succionando el labio inferior.

-Vamos a bañarnos eso es lo que te dije- murmuro aun sobre sus labios, separando un poco el rostro sin dejar de mirarle, soltó el mentón de Eliseo, deslizando la mano por las mejillas, el cuello y el brazo.

Ni bajaron sus ojos ni su mano se atrevió a tocar el agua, regresando al lado de su dueño para ahora verter un poco de agua que traía consigo en el pecho de Shelkian.

Sus ojos verdosos no pudieron despegarse del mayor, cual si fuera una polilla hipnotizada por la luz del fuego, camino a su destrucción. Había visto a hombres hermosos en su vida, pero jamás a uno que se moviera de esa forma tan atrapante. Cuando sus ojos le miraban así casi le hacían temblar sin motivo aparente. Su cuerpo se sentía volar entre los dedos del otro. Su mano se movió automáticamente, atrapando la gota molesta que había invadido la mejilla del mayor.

La pequeña gotita trato de escapar, pero justo entonces el menor la llevo a sus labios por inercia. Lamio su dedo húmedo por la gotita, antes de apartar su mano de la mirada de ambos. El encuentro de ambos al fin se consumo, a pesar de los gritos histéricos que la mente de Eliseo pegaba a cada palmo que Shelkian se acercaba. Sus labios eran amables y considerados, no como los de Mirash quien era algo bruto y torpe. Sus ojos se entrecerraron, embrujado completamente por este hombre que había aparecido entre los arboles.

Su piel tembló con el desconocido toque, ya que a penas era su segundo beso dado. El pecho de Shelkian quedo humedecido ahora, con miles de gotitas trémulas atravesándolo. Eliseo se estremeció avergonzado, y con un fuerte sonrojo, invadió con sus tímidas manitos el cuerpo ajeno. Provo una a una las gotitas, a cada momento más dudoso y expectante de lo que diría Shelkian al respecto. Queria participar de aquel extraño momento tambien.

-Tranquilo, déjate llevar y disfruta el momento- era perfectamente consiente de la situación por mucho que no lo parecía…hace años demasiado tantos que ahora le parecía un vida lejana que recordaba de una de las tantas viejas películas que solía disfrutar, el también había sentido miedo y sus mohientos fueron igualmente torpes mientras viajaba en aquel torbellino de emociones

Le miro amorosamente sin perder la sensualidad en tal acto, Eliseo se encontraba demasiado tenso para disfrutar de la ocasión, sonrió para si al pensar en la forma perfecta de solucionarlo.

-Tócame yo no lo haré, muéstrame que es lo que quieres que yo haga de ti- hablo tranquilamente acariciando la mejilla del chico de los ojos verdes- anímate… para todo en esta vida se necesita perder la timidez e ir ganando experiencia.

Separándose uno o dos pasos de Eliseo para darle mayor privacidad y confianza siguió bañándose a medias, deslizando sus manos sobre su cuerpo en una caricia provocativa en sus pectorales de forma ascendente cuya única traducción seria ¿me deseas? Pues entonces tócame.

-Seré dulce contigo lo prometo- reforzando su mirada para que notase que decía la verdad en cada palabra- ¿No he sido franco hasta ahora?

La caricia en su mejilla no logro tranquilizarlo, sino ponerlo mas nervioso al respecto ¿Cómo iba a él a tocarlo? Si ni idea tenia sobre que podría gustarle y que no... Estaba perdido, como los niños que no saben como escribir y tienen miedo hasta de tocar la hoja donde se realiza. Permaneció un momento mirándolo, cual si estuviera congelado, antes de adelantarse un paso y quedar más cerca de él.

Su vergüenza inicial no había desaparecido, y se notaba en su sonrojo sus dudas, como tampoco la decisión que había tomado. Estaba decidido a experimentar y a dejar de tener miedo, por lo que termino por pegar sus cuerpos. Su piel se estremeció, y aun con el rostro mas carmín que crema, su verdadero color.

-Ahh.... A mi me gustaría que me besara primero...-murmuro, acercando sus labios a los contrarios y apoyando sus manos en el pecho del mayor-L-Luego...-prosiguió, en un tono que mas que inocente sonaba lascivo en una situación así- M-Me gustaría que me besara y tocara el pecho...-sus manos se movieron solas, mimando lentamente a su interlocutor. Inclino su cuerpo, dándole un beso inexperto pero agradable en uno de los pezones. Sus propios pezones se habían erectado, culpa de la excitación que comenzaba a recorrerlo…

-Y entonces… Le pediría que pegara su cadera a la mía…-pego ambas caderas juntas, tapándose la boca cuando un jadeo traicionero quiso escaparse de sus labios.

Mientras Eliseo le mostraba como quería que le tocara sus ojos permanecieron clavados en aquella pequeña figura que lo tocaba inocencia y suavidad mientras que en los ojos del mayor solo se podía distinguir una curiosa mezcla entre el morbo, la excitación de que manos tan inexpertas y suaves le recorrieran y por ultimo la ternura que esto le provocaba.

Tomo las manos del chico entre las suyas dejando un beso sobre estas antes de soltarlas y rodear la esbelta cintura con sus brazos.

-Muy bien, lo has explicado de maravilla- sonrió inclinándose para besarle esta vez dejando la dulzura de lado, se encontraba excitado y mucho con el preámbulo, con el filo de la lengua abrió los labios sonrosados recorriendo aquella primorosa boca mientras tentaba a la otra lengua que se animara a salir a jugar con él.

Sus manos inquietas no se quedaron en su cadera subían y bajaban alternadamente derecha e izquierda describiendo la curvatura de la espalda del muchacho de ojos verdes.

Aquel beso no era suficiente para calmar su sed, el aire comenzaba a incendiarse haciendo difícil la respiración, posesivamente le sujeto de la nuca para profundizar el beso sin querer soltarle pues el agarre que mantenía en su cintura se volvía cada vez más firme.

Sin muchas ganas de terminar aquel contacto sino por que la necesidad imperiosa de aire en sus pulmones le estaba matando le soltado succionando por ultimo el labio de Eliseo.

-¿Ya estas más tranquilo?-pregunto de forma seductora a su oído acariciándole el lóbulo de la oreja con la lengua, describiendo una pequeña línea recta con esta hasta la base de su cuello, acariciándole la parte baja de su espalda y moviéndole lentamente para que sus caderas chocaran- Sabes bien muy bien diría yo.

Su nerviosismo se había mitigado, aunque su sonrojo no se había movido ni mitigado en todo el rato el que hizo su erótica explicación. Seguía sintiéndose sucio y violento en sus deseos, pero las acciones del mayor le hacían olvidarse lentamente de sus temores y reparos inocentes. Su lengua salió a jugar con la contraria, respondiéndole ansioso las caricias, aunque con una cuota de torpeza de por medio. Se sintió desfallecer entre los brazos ajenos, como un muñeco halado por aquel hombre fuerte y masculino.

-Ahh...Sh-Shelkian...-gimió gustoso cuando sus caderas se chocaron, produciéndole un estremecimiento sumamente placentero en todo su delgado cuerpo. Se froto contra él, y aun con algo de timidez de por medio, se colgó del cuello del mayor para besarlo con dulzura y excitación. Sus pezones se erizaron al rozarse con la piel ajena, y todo el temblequeo de placer.

-U-Un poco más tranquilo...-admitió, y se notaba en sus movimientos más fluidos y atrevidos, haciendo cosas que jamás hubiera sido capas de pensar. Se aferro mas a él, sintiéndose mas caliente y húmedo que en un sauna, y eso que el agua contra su piel era fría…

-Ahh… Me.. Me siento extraño…-murmuro, notando sorprendido su erección golpear con la del mayor, regreso su vista al rostro ajeno, claramente sonrojado pero casi lascivo…- ¿Qué… Qué debería hacer para que pase…?