Un tormenta. -Libre-

Quien lo diría... en pleno paseo por el bosque, y muy a pesar de la humedad que había, Angel llegó hasta apenas a la mitad de su recorrido. Obligadamente tuvo que detenerse pues increiblemente una tormenta bastante fuerte comenzó a desatarse cuando él caminaba.
En un principio solo era puro viento, pero para cuando se dio cuenta, unas nubes negras adornaban el cielo y luego el agua que caía de a miles de gotas empaparon sus blancos y azules ropajes.

- Ah... genial - Murmuró cuando llegó a la cueva. Solo espero no haya alguna clase de oso o algun animalejo peligroso Pensó. Seguramente acabaría por enfermarse. No quería pasar toda la tarde allí dentro, pero tampoco iba a ser masoquista como para mojarse totalmente sin saber hacia donde ir. Mejor sería esperar a que pasara.

Parecía ser que las grandes ideas se comparten, ya que minutos más tarde de la llegada de Angel apareció otra figura en la entrada de la cueva. El pobre de Eliseo era nuevo en la isla y había salido a conocer cuando la tormenta le intercepto.

-Ahh...-exclamo con suavidad al ver la figura de otra persona al fondo del lugar, sus ojos verdosos enfocaron a su acompañante.

-Je... Parece que estamos atrapados hasta que pase la tormenta...-comento para romper el hielo, abrazándose a si mismo por el frio que sentía. La ropa mojada se le pegaba al cuerpo, haciéndolo temblar. Después de todo, iban a estar atrapados allí un buen rato ¿Tan mal venia hacer sociales? – Soy Eliseo… Un placer…

Tenía los ojos cerrados mientras que caía un rayo a lo lejos. Unas pisadas le alarmaron creyendo por un instante que sería un animal, pero al parecer se había equivocado. Menos mal...

- Eso parece - Sonrió con suavidad, notando al bonito muchacho abrazarse asi mismo. - Soy Angel - Se presentó acercándose hasta él para extender su mano. Su ropajes blancos daban cierta transparencia en la parte de su pecho, pero bueno no podía hacer mucho con eso. Tan solo tapar sus pezones erectos con un brazo mientras se abrazaba con el otro. - ¿Tienes frío? - Cuestionó preocupado un poco. Dificil no estarlo pues... era enfermero, su trabajo dependía de la dedicación hacia otros también.

No pudo evitar fijarse en que al otro se le pegaba la ropa tal cual, cosa que genero un pequeño sonrojo en su rostro-A-Algo...-admitió- ¿Y usted?-el no tenia idea de su profesión, pero le pareció amable el preguntarle también por su estado. Sonrió con suavidad, tratando de fijarse en las rocas o en algo diferente al cuerpo de su interlocutor. No le pareció correcto ni amable.

Bien que había ido a la isla a experimentar, pero tampoco era un cualquiera. Su parte moral, altamente religiosa, aun era muy dominante en su interior. Levanto su mano y estrecho la del otro joven, aumentando la sonrisa. No parecía ser tan mala suerte el haber quedado allí atrapado... Al menos el otro muchacho parecía amable

- La verdad... si - Dijo haciendo una mueca incómoda. Pero bueno, no podían hacer mucho al respecto. Aunque quizás se le ocurra algo mediante pase el tiempo. Mientras tanto caminó hasta la pared de roca donde se acomodó sentándose contra esta. - Debemos estar con mucha mala suerte hoy.... no creí que fuera a llover así - Comentó en un suspiro señalando un costado suyo.

- Ven, sientate aquí asi no sufriras tanto frío - Agregó cálidamente.

-La verdad... Hace poco llegue a la isla y estaba justo explorando los alrededores-admitió, antes de que el chico le señalara el lugar a su lado. Sus zapatos mojados hicieron un molesto chapoteo. Entre las medias y la camisa mojada cogería un terrible resfriado. Se acomodo a su lado, regresando sus manos inmediatamente a su cuerpo.

Una corriente fría corrió hacia dentro de la cueva, cosa que le hizo temblar aun mas- Y dime... ¿Hace cuanto llegaste a esta isla?-le pregunto, tratando de mantenerse ocupado hablando con alguien.

No era de fijarse mucho en las personas, sin embargo notó el sonido curioso, y a la vez gracioso de sus zapatos. No pudo evitar el sonreir un poco con gracia hasta que el jovencito estuviera a un lado suyo. Allí ladeó su rostro para verle mejor, que tierno parecia...

- ¿Yo? Pues... si no mal recuerdo una semana - Comentó casi en un suspiro. Qué verguenza. Una semana y ya se había 'revolcado' con dos u tres hombres. Pero bueno, no le podían culpar las cosas se daban así, mientras usara protección o se cuidara aquello no estaba tan mal.
Casi de impulso al ver que temblaba le rodeó con los brazos en un cálido abrazo. - No te vayas a enfermar eh... - Rió, casi sonando a un 'conocido suyo'. Sus manos finas sobaron los lados de sus brazos para que entrara un poco en calor. Y aunque él estaba igual, si le abrazaba quizás aquello pasaría rápido, al menos un poco. - Creo que fue mala idea salir ¿Verdad?, A veces no me doy cuenta del clima jejeje... -

Permitió que pasara su brazo por sus hombros, aunque no pudo evitar le mirarle algo dudoso. Sabía muy bien que en esa isla solo había hombres en busca de otros... Y a pesar de que había llegado con el objetivo de saber su verdadera sexualidad, aun sentía algo de reticencia al contacto.

Se sonrojo levemente, antes de tratar de quitar el agua de sus zapatos.-Yo llegue antes de ayer... La verdad no tenia idea del clima -sonrió, tratando de animarse y dejar de ser tan tímido. El joven no parecía alguien malo o desagradable, cosa que le animaba a conversar. Se pego un poco mas a él, temblando de nueva cuenta.

-¿Te gusta esta isla? ¿Es agradable vivir aquí…?-le pregunto entonces, para romper el silencio que acababa de formarse entre ellos.